La expansión urbana mal llamada
así, se ha constituido en una verdadera invasión, que lo único que ha
conseguido es devastar hermosos lugares del sector rural, y sobre todo dañar el
paisaje de los sectores que se encuentran a las afueras del área urbano.
El Barrio San Miguel de Putuzhí
se encuentra aproximadamente a 2500
metros de altura sobre el nivel del mar, y es uno de los pocos lugares de
Cuenca que mantiene intacta su tradición y cultura debido a que este caserío
durante la época cañarí, inca y colonial no ha sufrido mayores transformaciones
con respecto a lo concerniente en tradición y cultura.
Sin embargo esta mantención de
principios arraigados no han significado un obstáculo para que con el acelerado
crecimiento tecnológico, urbano y arquitectónico, se hayan desplazando
importante puntos estratégicos e históricos de este sector y en su lugar se
hayan implantado una serie de construcciones modernas, que a largo o mediano
plazo significaran una devastación faunística, florística y del paisaje
natural.
Benigno Pintado, dueño de la fábrica
que se construye en el Sector Cuatro Esquinas del Barrio San Miguel simplemente
dice que es hora de modernizar, de mejorar y reemplazar aquellas producciones
que ya no son rentables.
Pues esta fábrica de textiles y
cuero sintético se construye dónde fue una de ladrillos hace no más de tres
años.
El reemplazo de un pozo para batir el barro por una gran
estructura metálica con solo una muestra del drástico cambio que ha tenido este
terreno.
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