Muy por la madrugada al mismo tiempo que canta el
gallo, suena la música, el ruido interno del micrófono que esta siendo apegado
a la bocina de la radio rudimentaria, reliquia de la iglesia patrimonial del Barrio San Miguel,
la gente esta ya en casi la mitad de sus labores de la mañana.
Templo Nuevo de San Miguel, Fotografia a las seis de la mañana
En ocasiones se sintoniza Radio Tarqui, en otras
Radio Ondas Azuayas y en otras se recurren a los casetes que posee la iglesia,
allí escuchamos música muy de nuestra tierra, como pasillos, pasacalles y
algunas veces sanjuanitos y en otras música fúnebre.
Así empiezan casi todos los días de este barrio,
escuchando a las seis de la mañana, una invitación, previo a ello uno de los
ritmos antes mencionados. Estos ritmos se han vuelto ya como una especie de alarma,
pues al escuchar música en el megáfono de la iglesia, la pregunta de la gente
es, ¿y ahora que habrá pasado? Pues la invitación será la que se encargará de
esclarecer esta interrogante.
Todo depende de las circunstancias y motivos de la invitación, pues, si es un “anuncio particular” encontraremos algo de entrada como “En el Tomebamba la encontré lavando…a mi linda guambra lavando, lavando, o “en vida” yendo ya por lo mas moderno. Si es un “anuncio comunitario” igual escucharemos música nacional, pero si es “invitación fúnebre”, será música de la ocasión, si es “invitación religiosa” escucharemos canticos católicos, y si es una “invitación navideña” como es de esperarse el ritmo serán villancicos, y así estos son los preámbulos para todo un suceso.
Vista hacia la cupula de la Iglesia Patrimonial
Todo depende de las circunstancias y motivos de la invitación, pues, si es un “anuncio particular” encontraremos algo de entrada como “En el Tomebamba la encontré lavando…a mi linda guambra lavando, lavando, o “en vida” yendo ya por lo mas moderno. Si es un “anuncio comunitario” igual escucharemos música nacional, pero si es “invitación fúnebre”, será música de la ocasión, si es “invitación religiosa” escucharemos canticos católicos, y si es una “invitación navideña” como es de esperarse el ritmo serán villancicos, y así estos son los preámbulos para todo un suceso.
“(música)…. Atención al siguiente anuncio
particular, hoy a las tres de la madrugada aproximadamente se perdieron dos
vacas y dos borregos de propiedad del Señor…., las vacas tienen las siguientes
características, las dos tenían sogas, la una era blanca con manchas negras,
tenia un arete, y tenia cachos, la segunda tenia cachos, era blanca con manchas
negras y tenia un arete, los borregos eran blancos y pequeños, cualquier
información comunicarse a los teléfonos 418…., o al celular 0987….., o dejar el
ganado encontrado en mi casa, o en el convento, o sino amarren con una soga en
la plaza para que el dueño retire” este es solo uno de los muchos anuncios que
he escuchado en este peculiar barrio.
Si replicara todos seria un blog demasiado extenso,
pero este lo he publicado porque tuvo un sabor muy singular por la manera en
que lo dijo “La Doña Coca”, que es el sobrenombre de la persona responsable de los anuncios, quien sale
de su casa patrimonial, construcción hecha en adobe, cruza la calle y se dirige
a la sacristía de la iglesia para despertar a aquellos dormilones, que duermen
hasta las seis o más, pues en este
barrio esta prohibido dormir hasta que “el día aclare”.